jueves, 7 de mayo de 2015
América Latina será la región emergente más afectada por el endurecimiento de la Fed
Un dato que llama la atención de las últimas predicciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) es la manera brusca en que recortó el crecimiento estimado para América Latina.
Si bien los países en desarrollo de Asia recibieron mejores evaluaciones y Europa emergente parece estar bastante bien, la historia “al sur de la frontera” es diferente: el crecimiento, que de por sí decepciona por su lentitud, se está desacelerando cada vez más; y se espera que tres de las seis principales economías de la región podrían directamente registrar una contracción este año.
En este escenario actúan dos fuerzas. La primera es el fin del súperciclo de commodities. Latinoamérica es un gran exportador de materias primas, ya sea de petróleo (Venezuela, México, Colombia), metales (Chile, Perú) o soja (Argentina). Brasil produce todas esas productos básicos y más.
Pensemos al crecimiento económico como una simple suma de cuatro componentes: inversión de las empresas + exportaciones netas + gasto del gobierno + consumo privado.
Con el derrumbe de los precios de los commodities esos cuatro componentes se vieron afectados.
Las compañías (tanto locales como extranjeras) redujeron la inversión. Las exportaciones se derrumbaron. Y eso disminuyó los ingresos del gobierno: en México, el 35% de lo que recauda el estado proviene de las exportaciones de petróleo; en el caso de Venezuela es más de la mitad. Y todo eso, finalmente, obligó a las administraciones de toda la región a ajustar la política fiscal que, por supuesto, dañó el consumo privado. Es un círculo vicioso.
El segundo y más reciente obstáculo es el fin del dinero barato. Mientras la Reserva Federal de Estados Unidos se prepara para subir las tasas de interés, se incrementan los rendimientos de los bonos y, por lo tanto, los costos del servicio de la deuda en todo el mercado emergente. Eso limita la capacidad de los gobiernos latinoamericanos, que ya tienen bastante dañadas sus finanzas, de contrarrestar el menor crecimiento con impuestos más bajos o con mayor gasto.
Al mismo tiempo, los activos financieros comenzarán a salir del mercado emergente al subir los rendimientos norteamericanos , lo que conduce a una depreciación de la monedas de la región. Finalmente, eso impulsará las exportaciones. Pero mucho tiempo antes de que se ajuste el mercado, el efecto transferencia de los tipos de cambio más débiles provocará mayor inflación, lo que impedirá a los bancos centrales locales ablandar la política monetaria para impulsar el crecimiento. Otro círculo bastante vicioso acá también.
[ Lea también: Alza de la tasa en EE.UU. no limitaría financiamiento para infraestructura ]
Si bien todos los mercados emergentes sufrirán en cierta medida con el ajuste de la Fed, Medley Global Advisors, una compañía que estudia las políticas macroeconómicas propiedad de FT, calcula que América latina será la región más golpeada. En Europa y Asia, los dominantes bancos centrales todavía están en modo ablandamiento. Y esas dos regiones son principalmente importadoras de petróleo y metales y se han beneficiado y no perjudicado con la caída de los precios de los commodities.
Por supuesto, todos los ciclos se revierten en algún punto y la aparente estabilización del precio del petróleo y de algunos metales aumentó las esperanzas de un futuro económico más brillante para 2016. Junto con algunas mejores noticias, como que Petrobras de Brasil está emergiendo de su escándalo de corrupción, ésto llevó a los inversores a regresar a las acciones de la región. Sin embargo, otro análisis de las estimaciones del FMI sugiere que no deberían adelantarse tanto. Pasará un rato largo antes de que el crecimiento en América latina se recupere a niveles semi decentes.
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