“Un hard-landing chino sigue siendo el mayor riesgo macro a largo plazo que vemos en el mundo”, señaló a mediados de julio pasado Credit Suisse. Tres burbujas podrían generar este peligroso escenario para la economía peruana e internacional: la tercera burbuja de crédito, la segunda burbuja inmobiliaria y la burbuja de inversión más grande de la historia. En los siguientes párrafos, SEMANAeconómica repasa cada una de ellas y las señales de peligro que identifican los analistas internacionales.
BURBUJA CREDITICIA
El boom del crédito relativo al PBI en China solo ha sido menor a los de España e Irlanda, dos países que han sufrido crisis financieras recientes. La deuda total en China se cuadruplicó entre el 2007 y mediados de 2014 de US$7 millones de millones (trillions) a US$28 millones de millones, según un estudio de McKinsey Global Institute. Este monto de deuda equivale 282% del PBI –e incrementándose-. Este es el producto del programa de estímulo que lideró el gobierno para contrarrestar la desaceleración que implicó la crisis financiera global en su economía.
El endeudamiento del sector privado es especialmente preocupante al ser más grande que incluso el de Estados Unidos en la cima de su burbuja crediticia. La deuda privada se sitúa 40% por encima de la tendencia histórica mundial de los últimos 25 años después del despegue del crédito desde el 2010 –cuando crisis financieras han sido precedidas por crédito que se situó desde 10% por encima del promedio-.
BURBUJA DE INVERSIÓN
La inversión como porcentaje del PBI chino es “más alta que cualquier otro país en la historia moderna, incluso los que han atravesado una rápida industrialización”, señala Credit Suisse. Mientras que los picos de las burbujas de inversión en Japón y Corea del Sur se situaron en 36% y 38% del PBI en 1973 y 1991 respectivamente, el de China bordea hoy 44%. Tal es la magnitud de la inversión en China que el Servicio Geológico de los Estados Unidos estima que China ha consumido más cemento en los últimos tres años que la potencia americana en todo el siglo XX.
Lo que la historia económica sugiere es que el crecimiento de los países se reduce significativamente después que la inversión como parte del PBI llega a su punto máximo. La transición de una economía dirigida por la inversión a otra por el consumo–un proceso que China está atravesando en el momento- genera que el crecimiento del PBI se reduzca aproximadamente en la mitad como ocurrió en Estados Unidos y Japón desde los 80s y Corea del Sur desde los 90s, indica Credit Suisse
BURBUJA INMOBILIARIA
Hay tres indicadores para verificar que hay una burbuja, señala Credit Suisse. Primero, el tamaño del sector inmobiliario como parte del PBI (23% directa e indirectamente, según Moody´s) es el triple que en los Estados Unidos en el pico de su burbuja y está a niveles similares que España e Irlanda. Segundo, hay sobrecapacidad en el sector. 18% de casas construidas en China están vacantes y los inventarios en ciudades de tercera y cuarta categoría (ciudades de desarrollo económico medio) ahora equivalen a la demanda de cinco años. La última es la sobrevaluación el sector, pues el ratio del precio de casas a sueldos es excesivo incluso para los estándares del centro de Londres, advierte Credit Suisse.
CAÍDA VIOLENTA
El surgimiento de nuevos factores está generando la posibilidad cada vez más real de una fuerte caída en el crecimiento de la economía china, el temido hard-landing. Uno de los factores claves para que suceda este escenario puede ser la creciente deflación, particularmente en el sector inmobiliario.
El índice de precios de productos industriales está en los niveles más bajos desde la crisis financiera mundial del 2009 –y continúa a la baja–. La sobreinversión generó un exceso de oferta que a su vez está empujando los precios hacia abajo. Este fenómeno se está agravando: en enero la inflación fue -4.3% mientras que en julio llegó a -5.4%. Ya está generando un mayor costo real de financiamiento, lo que hace que el pago de deudas y crédito sea más costoso, señala el banco de inversión.
La deflación también está presente en los activos inmobiliarios. A principios del año la venta de terrenos en términos de volumen y valor total de las transacciones cayó en 30% comparado al año anterior. Desde setiembre 2014 los precios de casas recién construidas están reduciéndose hasta llegar a -6.1% interanual en marzo y abril de este año. Aunque desde allí se ha dado una mejora –hasta llegar a -3.7% en julio- es la primera vez que caen los precios de casas sin que medie la intervención del estado.
La dificultad que atraviesa el sector se evidencia en un estudio del economista jefe de Deutsche Bank en China: 43% de subastas de terrenos realizados por gobiernos locales fueron ganadas por empresas fantasmas. en un intento de subir los precios de sus activos. Esto sugiere que los precios pueden haber caído aún más de lo evidenciado en la data pues muchas compras fueron ficticias. Los precios de terrenos son especialmente importantes para estas entidades dado que el incremento de los precios de propiedades permitió una masiva expansión de crédito y su venta compuso para el 2013 46% de los ingresos de los gobiernos locales, dijo la profesora de finanzas de Yale Zhiwu Chen en Foreign Affairs. La estabilidad de los precios inmobiliarios es tan importante que si caen 15% o más “es probable que tengamos un hard-landing y que las autoridades [del gobierno chino] se corran el riesgo de quedarse sin armas fiscales”, advierte Credit Suisse.
Otro factor importante que puede catalizar un hard-landing se refiere a la liquidez de los bancos. Ahora los préstamos de bancos chinos a las empresas estatales dependen del crecimiento de depósitos bancarios. Si se detiene el aumento de depósitos bancarios la capacidad de los bancos de prestarles a empresas estatales se pondría a prueba, advierte Credit Suisse.
El mismo Estado chino reconoce que los años de mayor crecimiento han pasado, al usar el eufemismo del “nuevo normal” para llamar a su economía en proceso de desaceleración. La pregunta es cómo y qué tan bien se va a poder adaptar China a su nueva realidad en su transición de una economía basada en inversión a una dirigida principalmente por consumo. Las señales mixtas que está brindando el país deben ser causa de preocupación.
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