La confirmación del crecimiento del 0,8% en el primer trimestre y la positiva evolución de los indicadores que se van conociendo en el segundo están impulsando una revisión al alza de las estimaciones sobre la evolución de la economía española en la mayoría de los analistas y de las instituciones privadas, nacionales e internacionales, entre los que se empieza a generar el consenso de que el PIB español crecerá entre el 2,8% y el 3% al final de este ejercicio.
Unas previsiones que corroboran las avanzadas por el ministro de Economía en funciones, Luis de Guindos, asegurando que entre abril y junio "habremos crecido un 0,7%, lo que dobla la media de crecimiento de la eurozona". Es lo que calcula también la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), que en su último cálculo, del 7 de junio, estima un avance en el segundo trimestre del 0,71% y apuesta por una tasa casi similar para el tercero, del 0,69%.
La primera mejora de las estimaciones económicas la efectuaba la OCDE el pasado viernes, cuando en su informe de previsiones elevaba el avance de España para este año al 2,8%, en un contexto de desaceleración de la economía mundial, de las economías desarrolladas y de las europeas.
Y, en esta línea, la patronal CEOE ha revisado también, hasta el 2,9%, sus previsiones de crecimiento de la economía española, tres décimas más por encima de la estimación anunciada en mayo. Una mejora que se justifica por el comportamiento del indicador de actividad de la organización empresarial que, con la información parcial del segundo trimestre estima un crecimiento del PIB para este periodo del 0,7%.
Desaceleración leve
El informe económico que el presidente de la CEOE, Juan Rosell, presentará el miércoles en la reunión del Comité Ejecutivo y la Junta Directiva de la patronal, matiza que "se sigue manteniendo la tendencia de desaceleración de la actividad en la segunda mitad del año", que se prolongará en 2017, año en el que el crecimiento estimado podría situarse en el 2,3%.
De cumplirse este escenario, el informe resalta que "España crecerá más que la media de la Eurozona, aunque reduce su diferencial positivo en este periodo, principalmente en 2017", pero advierte que "hay que tener en cuenta el contexto de elevada incertidumbre existente, mayor que en otras ocasiones, debido a la falta de concreción de la política económica".
Este panorama influirá positivamente en el mercado laboral, si bien el Servicio de Estudios de la organización estima que la creación de empleo será algo inferior a la que se registró en el año 2015. En concreto, apunta que el número de ocupados en términos EPA aumentará a un ritmo del 2,7% este año y del 2,1% en 2017.
La inflación, por su parte, podría mantener en 2016, por tercer año consecutivo, una media anual negativa del -0,1%, a pesar del repunte previsto al final del año, pero se espera un crecimiento en el entorno del 1,4% para 2017.
Destaca también el informe de la CEOE la continuidad en el saldo positivo de la balanza exterior -en el 2% del PIB en ambos ejercicios-, "siendo la asignatura pendiente avanzar con más intensidad en la consolidación fiscal".
Más confianza exterior
Y si en España las previsiones mejoran conforme avanza el año -y ello pese a la situación de ingobernabilidad que se prolonga ya por seis meses-, en el exterior está sucediendo algo parecido. Ayer mismo, Bloomberg hizo públicos los resultados de la encuesta que mensualmente elabora con datos de 50 entidades de todo el mundo. Y la conclusión es que el consenso del mercado apunta ya a un avance del 2,8% en el conjunto del año, previsión que ha mejorado en una décima esta primavera.
Bloomberg, además, pronostica un avance trimestral del 0,6% en el periodo de abril a junio, cuando el mes pasado daba por sentado un incremento del 0,5%. Estas tasas empiezan a ser compatibles con un avance, a lo largo del ejercicio, en el entorno del 3%. Una teoría a la que se empiezan a abonar numerosas casas de análisis de todo el mundo, entre ellas la española Analistas Financieros Internacionales (AFI).
En proyecciones publicadas ayer mismo, Investec, Nomura, JP Morgan o el banco sueco Swedbank, entre otros, estiman un crecimiento del PIB de entre el 3% y el 3,2%.
En el terreno de los pronósticos más negativos se quedan la Comisión Europea, que en sus previsiones de primavera estimó un crecimiento del 2,6% que apunta a quedarse corto; las agencias de calificación Fitch y Moody's, que calculan un incremento similar; o las entidades bancarias Société Générale y Credit Suisse, que en línea con sus estimaciones históricamente conservadoras auguran un avance del 2,5%.
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