Tras los atentados de París, Facebook puso en marcha dos aplicaciones en su plataforma: una permitía poner una bandera de Francia sobre la foto de perfil para mostrar nuestra solidaridad con las víctimas; la otra fue activar el Safety Check, una herramienta que permitía que quienes estuvieran en París pudieran avisar a sus amigos de que se encontraban bien y que hasta ahora solo se había usado para catástrofes naturales.
Según datos de Facebook, 4,1 millones de personas usaron esta segunda herramienta y 360 millones recibieron notificaciones informándoles de que sus amigos estaban a salvo. Además de eso, un total de 78 millones de personas publicaron 183 millones de interacciones relacionadas con los atentados.
Aun así, muchos han puesto de manifiesto el agravio comparativo: ¿por qué era posible ponerse la bandera de Francia, pero no la del Líbano, que había sufrido dos ataques terroristas un día antes? ¿Y por qué se activaba el Safety Check para los atentados de París, pero no para los de Beirut, donde murieron al menos 43 personas?
Uno de los comentarios más leídos fue el que publicó en su blog el periodista Èric Lluent. Su texto se compartió 9.000 veces en Twitter y suma más de 10.000 likes en Facebook. En su opinión, es “hasta cierto punto entendible que a un ciudadano europeo le aflija más un atentado en París que otro en Beirut”, debido a la diferente cobertura en los medios. Lluent también añade que “utilizar el filtro de Facebook para solidarizarse con las víctimas de los atentados en París es apoyar una visión del mundo en la que sólo preocupan las muertes de ciudadanos occidentales”.
Vayamos por partes:
1. No tiene nada de malo que pongas la bandera de Facebook en tu perfil
En alguna ocasión hemos hablado ya de la “jerarquía de la muerte”, como por ejemplo durante el atentado a Charlie Hebdo. Los medios anglosajones usan este término para describir cómo y por qué damos más cobertura a unas víctimas frente a otras, especialmente en información internacional.
En esta jerarquía influyen principalmente dos factores:
- La proximidad. Nos interesa más lo que ocurre en nuestro país y en países cercanos, sobre todo si hay víctimas locales. También resulta más fácil recoger información y explicar la historia de las víctimas en estos casos. Todo esto provoca mayor empatía en periodistas y lectores.
- La calidad de la información. Son muchos los medios que cuentan con corresponsales o enviados especiales en países europeos y americanos, incluidas las agencias, mientras que se cuentan con menos medios y recursos en países como Libia o Siria, que a menudo son más peligrosos. Por tanto, hay más gente trabajando y recopilando información, que suele ser por lo general más fiable.
Es decir, nos ha llegado más información sobre París que sobre Beirut, y hemos podido leer más historias de supervivientes y de víctimas, por lo que hemos sentido estos atentados como más próximos. Influye también que quizás hayamos visitado París y conozcamos a franceses. Con Beirut, por desgracia, esta conexión no es tan fácil.
Por supuesto, todo esto no quiere decir que la información que se da sobre conflictos fuera de occidente sea siempre completa y correcta. De hecho, las historias individuales que nos llegan son la excepción. En el caso de los atentados de Beirut, ha tenido que ser un acto de heroísmo como el de Adel Termos, que se lanzó encima de uno de los terroristas suicidas y sacrificó así su vida. Además, hay que recordar muchas veces se habla de estos conflictos desde la perspectiva de los intereses geoestratégicos de los países occidentales: no importa lo que ocurre en Siria o en el Líbano, sino cómo nos podría afectar a nosotros.
2. Pero Facebook se ha metido en un lío
Una cosa es que un medio de comunicación europeo hable más sobre París que sobre Beirut, o que alguien ponga en su perfil la bandera de Francia o la del Líbano, que al fin y al cabo es una decisión personal que puede depender de muchas cosas, por ejemplo, de si tiene familia en alguno de estos países.
Pero Facebook es una empresa global. De hecho, uno de sus proyectos,Internet.org, quiere llevar internet gratuito a zonas donde no hay conexiones fiables. La iniciativa incluye un satélite propio para el continente africano. La empresa también abrirá oficinas en Johannesburgo (Sudáfrica). Por supuesto, no se trata solo de altruismo: África es importante para la empresa tanto en la actualidad como por lo que puede crecer en los próximos años. Según recoge el Telegraph, la red social cuenta con 120 millones de usuarios activos en el continente africano, el 80% de los cuales se conecta mediante el móvil.
Es decir, Facebook no puede actuar como una empresa estadounidense si quiere ofrecer un servicio global. Es cierto que la respuesta a los atentados de Francia ha sido mundial. El precedente en lo que se refiere a las banderas también lo fue: Facebook permitió en junio del año pasado que añadiéramos la bandera del arcoíris a nuestro perfil para celebrar que el Tribunal Supremo de Estados Unidos había declarado legal el matrimonio entre personas del mismo sexo. Aunque se trataba de una noticia estadounidense, más de 26 millones de personas de todo el mundo pusieron esta bandera en su perfil.
El problema muchos usuarios de la red pueden sentir a partir de ahora la necesidad de expresar su solidaridad por atentados y tragedias de otros países con otras banderas. ¿Dónde pondrá Facebook el límite? ¿Qué criterios seguirá? ¿O se limitará a ofrecer los filtros de todas las banderas y dejará que los usuarios decidan cuándo utilizarlos?
La empresa sí ha respondido ya a las quejas que se refieren al Safety Check. Lo hizo el propio Mark Zuckerberg, fundador y consejero delegado de Facebook, enun comentario del sábado a su nueva foto de perfil, que precisamente mostraba la bandera de Francia: “Muchos han preguntado con razón por qué hemos activado Safety Check para París, pero no para los atentados en Beirut y otros lugares. Hasta ayer, nuestra política era activar Safety Check solo para desastres naturales. Hemos cambiado esto y ahora planeamos activar Safety Check para más desastres humanos”.
Y remitía a un texto de Alex Schultz, vicepresidente de Crecimiento, que explicaba la historia y la evolución de esta herramienta: “En medio de una situación compleja e incierta que afectaba a mucha gente, Facebook se convirtió en un lugar en el que la gente compartía información e intentaba averiguar la situación de sus seres queridos. Hablamos con nuestros empleados en el terreno, que consideraron que había una necesidad que podíamos llenar”.
Mientras Facebook decide a qué necesidades da respuesta, el debate en redes continúa.
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